martes, 26 de enero de 2010

Cada cual sus monstruos


Quise regresar y no supe a donde,
Recogerte el pelo y las legañas,
Amar con profusión el absurdo de tus mañanas,
Asfixiar mis nimbostratos,
Renacerme la mortaja.
Quise volver pero me faltó la casa.

Expiar pecados con padrenuestros,
Tomar la bastilla despojada,
Hundirme y arañarme unas branquias.

Sofocar augurios autocumplidos,
Andar sobre las aguas.
Yo quise invocar el eterno retorno,
Pero solo pude dibujar palabras.

1 comentario:

  1. Hola!
    Me gusta especialmente la última estrofa. Es contundente... de lo infinito "yo quise invocar el eterno retorno" a lo concreto de las palabras "pero sólo pude dibujar palabras", que a su vez se vuelven hondas, un abismo sin fondo por el denso contenido de vida que albergan.

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